Una queja o algo más
Cassette con la grabación de John Cage, Art is Either a Complaint or Do Something Else
Para qué construir algo, si hay tanto por destruir primero? En la charla con el verdulero, con la taxista, con las amigas, tenés toda la impunidad para despotricar contra el mundo, si total, no hace falta hacer una nueva proposición, dejar una opción a cambio.
Una y otra vez me siento impulsada a rellenar el vacío que deja la crítica. Un cierto sentido de responsabilidad, de decir qué sería mejor si esto no me convence, me siento culpable al arrojar una piedra verbal sin acercarme después a organizarla como pieza de una nueva construcción. Pero lo que veo alrededor es una falta total de urgencia constructora, como si lo primero fuera destituir lo establecido, y después veremos. Ese vacío posterior me parece una invitación a que todo evolucione hacia derroteros insospechados, y por qué no, peores que los que venían perfilándose.
Pero la queja es la mejor amiga de la empatía por estos lares. El clima es rico proveedor de excusas para el reclamo de ascensor, aunque en una charla más prolongada seguramente asomen insatisfacciones más instaladas, menos cambiantes. Y es ahí cuando todos parecemos saber exactamente qué no queremos, pero huelga la inventiva para generar las respuestas a la pregunta de qué sucederá en vez de eso.
Cuando era chica estudié dos formas de crear un sonido: síntesis sustractiva y síntesis aditiva. En el primer caso se parte de un ruido complejo, en que uno va restando elementos hasta encontrar el sonido buscado. Como en una escultura hecha a partir del bloque de mármol, uno puede imaginar que la forma deseada yace escondida en el interior de la piedra o del ruido blanco, es sólo cuestión de ir desbastando y reduciendo hasta encontrarla. En la síntesis aditiva uno parte del sonido simple, plano y sin atractivo, y va sumando elementos y modificando el espectro para construir la riqueza sonora poco a poco. Siempre me pareció mucho más desafiante este proceso de agregar riqueza a algo que es pobre desde un inicio.
Más allá de la forma elegida por el músico, ambos puntos de partida son válidos y conducen a la creación. Me pregunto si el reclamo sistemático, sustractivo, que no aporta materia extra a la construcción, puede conducir a algún lado, si hay manera de que detectar problemas vaya pegado a crear soluciones.