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Verdad o consecuencia


Nautilus, casa transparente, del colectivo uro1.org

Algunas personas quieren salvarte. Están positivamente seguras de que pueden ver las rejas de tu prisión. Te instigan a forzar la cerradura, te arengan para que cometas un acto de osadía, se toman muy en serio su misión salvífica, hasta sienten un poco de pena por vos, ahí privade de tu libertad.

Las mirás con cierta perplejidad, porque no se te había ocurrido que las paredes de tu casa eran barrotes, las ventanas de tu lugar de trabajo meros huecos de ventilación, que tus afectos eran carcelarios. Te contagiás un poco de ese espíritu de romper cadenas y escapás de donde podés, sin detenerte a pensar que tu libertad te había conducido hasta esos espacios.

Hacés un éxodo de tu vida conocida, y la extrañás. Pensás que se te va a pasar, que es mero apego a lo conocido, y que el sabor de vivir sin ataduras no se compara… hasta que un día te preguntás, con cierto temor de la respuesta, si no preferías tu vida de antes.

Los barrotes de tu casa vuelven a ser paredes, los huecos de tu lugar de trabajo vuelven a ser ventanas, las miradas de tus compañeres de vida te envuelven otra vez cálidamente con su nostalgia, y buscás a tu salvadore para interpelarle. ⎼¿Vos tenés certeza de que yo estaba atade?⎼. Sí, te vi mirando hacia afuera con deseo, querías salir…

A veces miramos para afuera con la felicidad de estar adentro. Es posible que sólo añoremos otra cosa porque existe esta que conocemos. El espacio de la fantasía vitaliza lo que tenemos cotidianamente más a mano. No todes necesitan un superhéroe que les salve. Aunque parezca que no, están eligiendo.

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