El todo y las partes
Roman Foot de Fabio Páiva
Junto a él. Al lado de él, mezclado con él. Un pensamiento aparte no existe, es más: no existe “aparte” en la naturaleza, es todo transición. El perfume es transición de un elemento que se desprende de una de sus capas y nos toca, para felicidad o disgusto sensorial.
No hablo en clave por elección. Son temas que hay que dejar hidratar en la memoria.
Y esa conciencia de estar ajeno, de estar aparte, que hoy se me desdibuja un poco y se revela ciega y sorda, además de inútil, te habla sin parar. Te dicta lo que hay que hacer o pensar, te da letra para defender tus propiedades, tus parcos bienes, de los cuales el más valioso es el orgullo (imaginate entonces cuán mezquinos los demás). En esa defensa dejás tus últimas fuerzas, como si valentía fuese batirse contra un árbol. Claro que te va a llevar tiempo derribarlo, ¿pero qué mérito o provecho resultan de esa victoria?
No esquivo la batalla, pero quiero detenerme a pensar en qué frente quiero pelear. Saber si lo mío es cuidar un jardín o patear una pelota. Haciendo algo de todo esto me voy enterando.
¿Qué hacés cuando te duele un pie? No lo echás de tu cuerpo. Hacés de todo para que no te duela, lo cuidás, buscás la cura, aunque por el momento sea fuente de insatisfacciones constantes. Si esa conciencia orgánica se expande un poco e incluye a otras personas, el jardín empieza a florecer y la pelota llega más cerca del arco.