Quiero
Chico en el árbol, de Hokusai
Salir a la calle, caminar bajo los árboles, hablar con los cocoteros, aun donde no existen, especialmente donde no existen, mirar a los pájaros, y escucharlos.
Pensar en chico y pensar en grande, pensar en el próximo pasito y en las zancadas que conducen al futuro con mayúscula, pero sin perder de vista el pasito… que es fácil tropezar si se mira únicamente a lo lejos.
Sacar conclusiones, pero no conformarme con ellas. Extraer el jugo de cada experiencia sin pensar que la vida es un libro de fábulas y que todo tiene moraleja.
Saber escuchar más, también decir más y hablar menos, comunicar con la mirada, con el tacto, con las elecciones personales, con las formas tanto como con los contenidos.
Bucear más, evitar a toda costa la superficie, la frase hecha, pugnar por conocer el lado de adentro, y rescatar la belleza de ese universo interno. Que la superficie de los vínculos y de las actividades tenga un brillo que haga eco de ese río subterráneo del que muy pocos van a tener noticia, a no ser por un reflejo en la superficie. Que sea un reflejo, y no un pegote de glitter, algo agregado y gratuito.
Que haya menos vueltas y más encuentros, más conquistas, más llegadas y menos partidas. Que la llegada de unos no signifique la partida de otros. (¿De dónde habrá surgido ese condicionamiento de posesividad? ¿Y cómo es que nos da tanto trabajo cambiarlo? Es curioso, porque no sentimos así, cuando llega un nuevo hermano no queremos menos al anterior, cuando llega un nuevo amigo no dejamos por eso de querer a otro de más larga data…)
Armar menos revuelo, saber hacer la vista gorda en los momentos en que haga falta, saber conversar sobre los puntos álgidos con más calma que ansiedad, sin tanta expectativa de que el otro haga un cambio, mirando a la cara la realidad de sus aptitudes y deseos personales, y caminando juntos en los tramos en que estos coincidan.
Ser útil: estar al servicio de las causas que importan, dar mucho más que recibir, y descubrir que en el momento de naufragio, los restos que flotan y salvan y conducen a una nueva costa son esas acciones altruistas que nunca pesan y siempre abren la puerta a otros mundos.