Relectura

Blaise Cendrars

Lucho con un párrafo que se resiste. Voy y vengo mil veces con lo mismo. A la noche releo lo que escribí y no entiendo nada. Solo yo sé a qué me refiero. Después cambio de idea, pienso que inducir a repasar los mismos párrafos, al fin y al cabo, no se siente tan malo cuando otre autor lo hace conmigo, como lectora. Hay algo de descifrar una enseñanza profunda, que te obliga a decirle a quien escribe “pará, pará, ¿qué?”, porque esa frase estuvo cargada.

Es como cuando Blaise Cendrars te cuenta algo: está tan lleno de acción que venís viendo una película en tu cabeza, y en medio de las imágenes él entra en su reflexión de personaje dentro y fuera de la historia, víctima y creador omnipresente a un tiempo, y entonces tenés que parar y releer una y varias veces hasta entender qué es trama y qué es metalenguaje.

Lo que me atrae de Blaise es que tuvo una vida intrépida. Pero lo leo y me chocan sus modos, su forma de hablar de lo femenino, pienso que nada de lo que escribe resiste el juicio de nuestras miradas inclusivas actuales. De todas maneras brindo por les osades, que no tuvieron miedo de equivocarse (¡es tan fácil ver lo equivocado desde el futuro!) y brindo especialmente por les que tienen el coraje de corregirse en vida, de mejorarse, de releerse desde el futuro y apuntar a conversar con les niñes de aquí a cien años, como DeRose.