top of page

Qué se perdió


Cuarto de Adam en la película Only lovers left alive, diseñado por Marco Bittner

Cuando estaba en el colegio secundario, un amigo tenía una portaestudio. Era una grabadora que usaba un cassette especial en el cual podías registrar hasta cuatro canales diferentes (en uno el bajo, en otro la batería, en otro la guitarra y en otro la voz, por ejemplo). Lo emocionante es que grababas la batería y después grababas el bajo arriba, sobre la batería ya registrada que escuchabas sonando.

Hoy se puede hacer eso con el celular, claro. Pero en esa época era un equipo profesional, que la gente no se compraba para jugar en su casa a hacer música, al menos no mis amigos. Él tenía esa maravilla que nos permitía desvelarnos hasta altas horas de la noche, embriagados por las posibilidades.

Ayer dimos una charla en la escuela sobre los orígenes de nuestra cultura en Argentina. Edgardo, el pionero en el país, contó parte de la historia y yo me sumé cuando pude con mis propias anécdotas. En determinado momento uno de los asistentes preguntó ¿no sienten que algo se perdió en el camino? Y a partir de ahí me quedé pensando toda la noche.

Indudablemente algo se perdió, y acá viene el momento en que la portaestudio me sirve para entender qué. Cuando caí en la cuenta de que tenía una máquina de ese tipo en el celular me pareció maravilloso y grabé un par de cositas; descubrí que con esa aplicación amateur lograba una calidad admirable en comparación con la del antiguo instrumento. Tanto ahora como hace veintiséis años yo no me dedico a la música, pero siempre me animé a experimentar con el sonido. Aun así, desde que me bajé esa aplicación, nunca trasnoché jugando ni prosperó un amor diurno con la cosa. ¿Qué se perdió en el camino? Y la respuesta para mí es que se perdió lo heroico del asunto, la lucha para conseguir una recompensa (llámese lucha a tener que realizar un trabajo y atravesar una dificultad). De esa pérdida se derivan muchas otras, por ejemplo, el mérito de ser uno entre muchos, por tener acceso a una herramienta codiciada, poco común.

Es claro que hoy existen otras dificultades y otras luchas. Probablemente en unos años estemos recordando esta etapa con nostalgia y preguntándonos qué había de especial y mágico en este presente, que ya será el pasado en ese momento. Y estoy segura de que el tesoro perdido se encontrará en las dificultades, no en las bondades del tiempo pasado; en las montañas que estamos atravesando y que no vemos, porque son extensiones inmensas cuya inclinación sólo se descubre cuando llegamos al otro lado.

Entradas destacadas
Entradas recientes
bottom of page