El ridículo

Yves Klein y su color azul Klein

Cuántos pactos infantiles quebraste por miedo a ser el único que los cumplía? Algunos irreverentes no muestran ningún reparo a la hora de traicionar la palabra dada y hacer lo contrario de lo acordado. Otros, por ingenuidad o por cierto sentido del deber, fuimos avivados por la fuerza del ridículo a abandonar nuestras expectativas de lealtad, y sumarnos a la turbamulta que borra con un grito lo que dijo en un susurro.

“Juguemos, pero no vale empujar”, “hagamos las paces”, “esta vez sin trampa”, “crucemos por la senda peatonal”, “seamos libres y contémonos todo”… Pactos que establecemos con la sospecha a flor de piel, dudamos de nuestros compañeros y acto seguido ponemos en duda nuestra inteligencia al respetarlos. Pocas cosas hay que te hagan sentir más solo y bobo que cumplir un acuerdo que todos los demás rompieron.

Es muy tarde, salís del recital desesperado por llegar a tu cama. La turbamulta cruza la calle por cualquier parte, los conductores indignados hacen sentir sus bocinazos y alguno que otro pisa más fuerte el acelerador. Pensar en cruzar por la senda peatonal en este momento te da gracia, hasta porque ya ninguno de los enardecidos conductores parece dispuesto a respetar ese mínimo pacto de civilidad. Pero tal vez, alguno, que está teniendo el dilema de hacer valer sus derechos o ser tolerante con la multitud ansiosa por llegar a casa, podría elegir un comportamiento diferente. Solo que para que fuese notado, para que realmente la multitud percibiera al peatón o al conductor que respeta la senda peatonal, lo suficiente como para preguntarse si sería interesante promover un cambio de conducta, hay que actuar en grupo o buscar la manera de ser visible.

Pero sin ir tan lejos, lo que pactamos con nuestros amigos, parejas y familia atraviesa los mismos desafíos. Nadie quiere salir solo, ser el único que no hace trampa y perder como en la guerra. El que cumple lo prometido atraviesa un momento de fragilidad en que se expone a ser traicionado. Pero si ese se mantiene fuerte en su posición, si troca la sensación de ridículo por el sano orgullo de cumplir con su palabra, si continúa actuando en función de su decisión y no de lo que hacen los demás, ese tiene chance de crear tendencia. Toda comunidad nace de las personas.