Lavarse los dientes antes de comer

Sin título, de Nam Kyung Min

Hay aprendizajes muy puntuales que, extrapolados a diferentes ámbitos, nos cambian profundamente. No soy parte del club de fans de la película Karate Kid, ni siquiera la vi entera, pero me quedó la insistencia con que Miyagi le enseña a su discípulo a limpiar autos con gestos específicos, repetitivos, con el fin de impregnarlos en la memoria corporal, para que después en el ámbito de la lucha surjan como precisos actos reflejos.

Apenas empecé a practicar DeRose Method aprendí formas más efectivas de limpiar la parte que no se ve de nuestro cuerpo. Y entre esas técnicas incorporé el hábito tan sencillo de lavarme los dientes al despertar antes de cualquier otra cosa. Tal vez parezca una obviedad, pero yo estaba acostumbrada a desayunar antes de limpiarme la boca, siguiendo la costumbre popularmente divulgada de higienizarse después de tomar o comer. Sin embargo, al llegar a la comida con la boca limpia, los alimentos empezaron a tener otro brillo.

Cuando era chica aprendí a desinfectar el cabezal de mi pasacassette con un hisopo y alcohol. La reproducción después de eso era tanto más rica que me habitué a hacerlo siempre antes de escuchar música.

En algunas áreas se fue instalando esa noción atípica de limpiar antes de usar y ensuciar, para después limpiar otra vez si hace falta. Y esta forma de actuar de repente se me apareció como la más inteligente en el área de las relaciones interpersonales. Y analizando retrospectivamente reconocí la cantidad de bolas de nieve emocionales generadas por llegar “sucio” a un encuentro con otra persona, ya impregnado de pensamientos pesados o emociones pegajosas.

Ese descubrimiento me permitió apreciar la importancia de estar limpio antes de relacionarse con cualquier otro, de generar un reset interno antes de exponerse a recibir información, porque de lo contrario la distorsión potencial del mensaje es enorme. Y por otro lado, empecé a considerar el estado previo del otro, a pensar que la indigestión del momento puede no tener que ver con esto que estamos almorzando juntos, sino con lo que cenó en soledad ayer a la noche.