top of page

Ansia de mundo

Gota de agua móvil, de Gyula Kosice

A veces pienso que si me concentrara lo suficiente en una sola lectura, en un único contenido jugoso, aprendería tanto de todo lo que se escurre normalmente al pasar de un libro a otro, de una charla a otra, de una clase a otra con la celeridad de un picaflor, que no precisaría nada más.

A medida que pasa el tiempo me vuelvo más obstinada en el afán de extraer más contenido de menos cosas: más sabor del mismo alimento, más percepciones de la misma película, más experiencias de la misma experiencia, como si el universo entero estuviera contenido en cada instante, agazapado, esperando apenas ser descubierto o simplemente pasar desapercibido.

Ayuda comprender que la sensación de que la fiesta está en otro lado es ilusoria, que la celebración te acompaña a donde vayas, lo que ocurre cuando te volvés anfitrión de tus días y dejás de asistir como invitado a tu propia existencia (si querés). Los anfitriones cargan con el trabajo pesado: preparar la cena y ordenar la casa una vez que el festejo terminó, por eso no todo el mundo se apropia de su espacio y su tiempo.

Pero volviendo al tema del foco, se me ocurre que tal vez sea un efecto lógico, al nutrirse durante décadas de tantas lecturas y películas y experiencias, que los filtros de la percepción sean casi como patovicas exigentes que impiden pasar a la mayor parte de los contenidos. Eso llevaría a convivir más con todo lo que ya está del lado de adentro, lo que fue admitido antes, que no es poco, y las pocas cosas nuevas que aprueben esa evaluación implacable a la entrada.

El ansia de conocer mundo pica de diferentes formas a cada uno. Para algunos, el universo puede estar contenido en una gota de agua.

Entradas destacadas
Entradas recientes
bottom of page