¿Qué te sacudió este año?

A veces tenés que arrancarte de lo más profundo las respuestas que estás buscando. No están a la vista de nadie, y vos mismo no querés encontrarlas. Todas las luces del día deben ser volcadas al abismo para alumbrar una chispa de entendimiento momentáneo. Aunque con muy poco corrompés esa evidencia y la transformás en granos de arena para alimentar tu propio espejismo.

Algunos intentan sacarte la venda, y son considerados emisarios del destino o de la falacia, dependiendo de la cantidad de vueltas que esa venda da a tu cabeza. En el mejor de los casos uno llega a despegarte los párpados para trastocar el orden establecido y propiciar esa revolución que te hace preguntarte si el día de mañana volverá a amanecer como hoy, todo tan como si nada.

Y la noticia es que sí, que los pájaros y las flores no esperan a que notes su presencia para llevar a cabo su magia corriente. Una inundación y un solazo van a tu encuentro a pesar del sonambulismo que regalás por toda respuesta. Pero todo es normal, la cachetada de evidencia que recibiste de lleno te dejó como una púa loopeando en un disco rayado. Por suerte existe la mano que te saca de ese surco.

Y es así como un cine, un café, una frase, te devuelven al flujo de la vida y la evolución de los estados. Poco a poco la normalidad te envuelve con su abrazo que cobija y adormece. Pero entonces, ¿a dónde va a parar esa chispa que inquietó el ritmo cansino o alocado de tus días? Ni idea, contáme vos qué te sacudió en 2016.